*En un lugar rodeado de cientos de árboles, con iguanas y ardillas, emanan olores a tortilla recién aventada al comal rojizo, huele a manteca con sal y a caldo de gallina de rancho
Nadia Carrión
Jáltipan, Ver.- El cantar de los loros se hace presente cuando el sol comienza a ocultarse y a los lejos se pueden observar ardillas e iguanas que disfrutan de la tierra y de los frutos que ahí se producen.
Es un espacio de nueve hectáreas repleta de árboles, algunos, con más de cien años de antigüedad, emanan olores y sabores del campo del sureste veracruzano: caldo macho, un caldo de gallina de rancho y camarones de mar.
En una choza de palma, con paredes de bambú, en una típica estampa pueblerina, las tortillas echadas a mano, con sal y manteca son la delicia.
Cada salsa, con el toque que solo las cocineras locales pueden dar, acompañan las picaditas de carne de chinameca, longaniza o naturales que se han convertido en una de las favoritas.
Como parte del toque de la casa, todo se cocina con manteca, su sello personal. Disfrutar de pescado, pechuga de pollo, carne asada y hasta caldo de gallina, en una completa conexión con la naturaleza.
“La finca”, un restaurante campestre a diez minutos del corazón de Jaltipan, donde un fogón de barro rojo y leña ardiendo es el preludio.
Durante la pandemia abrió sus puertas y hoy es uno de los lugares favoritos de las familias, por la tranquilidad de la que se disfruta y la cantidad de árboles con la que cuenta no permite sentir tan fuerte las altas temperaturas que se viven en el sur.
Se puede interactuar y montar caballos, darle de comer a patos y tortugas, en lo que se esperan los alimentos, ya que son preparados al momento, cada mueble que forma parte del restaurante es de madera, conservando el toque natural.
Las fotografías son fieles testigos que algunos árboles tienen más de cien años, los cuales conviven con árboles de mango de diversas especies, que van desde el manila hasta el manzano, encino roble, amarillo y rojo, pomarrosa, caimito y flor de uvero.
También cuenta con un área donde se pueden disfrutar diversas piezas de artesanía, desde la creada con palma, barro rojo y piedra de río.
