Identidad Veracruz
Ciudad de México (CDMX).- El periodista Aníbal Santiago nos llevó, durante el segundo semestre del año pasado, a un viaje por los rincones más insospechados del antiguo Distrito Federal.
En las entrañas de la moderna urbe llamada Ciudad de México, insólitos lugares que nos trasladaron a otra ciudad, a una ciudad ajena al turismo, incluso ajena a sus propios habitantes.
La mirada meticulosa de Aníbal nos mostró una CDMX surrealista, como pomposamente las nuevas generaciones se refieren a la gran capital del país.
La ventanita de sabores en Coyoacán
La ventanita de la calle Carreteraco te juega una trampa. Protegida por un herraje verde común como el de cualquier casa de la Ciudad de México, anuncia en un cartelito: “Venta de productos Mary Kay”. Jamás sospecharías que aquí, detrás de esta fachada descascarada bajo la que cuelgan marañas de cables eléctricos de tiempos inmemoriales, se fabrican helados.
Las perrísimas pizzas
En pleno Eje 7 Sur de la Ciudad de México, al lado del ruidero motorizado que cruza la ciudad de oriente a poniente, junto al Metro Zapata con su hormiguero de ambulantes que venden desde una aguja hasta una bocina tamaño ser humano, se ha creado un espacio de devoción para el perro, mamífero al que se honra con… ¡pizza!
El tallercito de José José
Es decir, el Taller de George ha existido desde hace 76 años en Laconia número 5, donde cualquiera que vaya verá a Jorge Angulo, hombrezote de nariz grande, ojos grandes, cara grande y manos gigantes con venas turquesas que se le saltan componiendo bicis desde los tiempos en que tener coche era un lujo aristocrático de la Roma, Condesa, Cuauhtémoc.
Un café para hablar claro y sentir hondo
Al café Gran Premio de la colonia San Rafael le llegó la vejez con una distinción a la que dan ganas de aplaudir. ¿Por qué? Porque a sus 60 años sin estirarse la cara, ponerse bótox ni teñirse el pelo se mantiene vigoroso, guapo, digno.
Club Ópera: un billar de fantasmas
La sala de billar más antigua de México, lúgubre como escenario de Chicago en la era de la Prohibición, lo hará sentir en una cueva de ladrones, lo que muchos piensan que aún son los tugurios donde montones de señores y no pocas mujeres hacen carambolas sobre paño azul. Falso e injusto mito.