Estadio ‘Heriberto Jara’: gigante de casi cien años

*De la mano de uno de los hombres más visionarios del México post revolucionario: Modesto C. Rolland, se transformó el coliseo, una pieza única de arquitectura moderna;  por su pista de tartán han competido desde Campeones Olímpicos y leyendas del atletismo

Katya López Cedillo

Xalapa, Ver.- Tiene casi cien años y su vida es aún intensa y asombrosa. Hace siglos fue un pantano y hoy resguarda una obra arquitectónica que recibe esfuerzos y asombro, victorias y admiración.

La hondonada que un día fue la ‘Cienega de Melgarejo’ se convirtió, a inicios del Siglo XX, en el Estadio ‘Heriberto Jara’, también conocido como el ‘Estadio Xalapeño’.

Entre el aroma del café, la dulce humedad de la tierra tras la lluvia y el aire templado del centro de Xalapa, descansa una obra arquitectónica que, en sus primeros años, fue muestra de innovación y hoy es uno de los iconos deportivos de todo Veracruz.

Su preludio tiene fecha fija: el 5 de mayo de 1922, cuando fue inaugurado como el primer estadio público de México (segundo de América) y, con su pista elíptica de tierra, se le llamó Stadium de Jalapa. El terreno mismo permitió que en él se desdibujara el trazo de un estadio similar al creado en la ciudad de Olimpia durante los Juegos de la Antigua Grecia, con tribunas similares a los anfiteatros de aquella época en tierras helénicas.

Pero tres años después, vería una transformación histórica en manos de uno de los hombres más visionarios del México post revolucionario: Modesto C. Rolland, quien fue docente, periodista e ingeniero; mediante esta profesión, el mundo le conoció como el ‘pionero del concreto’ y una de sus primeras grandes muestras de maestría con este material se encuentra en este estadio, pues creó una techumbre volada en una sola pieza que tiene más de tres mil 100 metros cuadrados de concreto, con la técnica de colado; una pieza que no requirió de postes ni columnas entre los asientos y así permite ver a todos los espectadores que se ubiquen en esta zona.

La estructura se encuentra en la curva que conecta la línea de meta, con la siguiente recta de 100 metros y se mantiene en pie hasta hoy, como una pieza única en la arquitectura veracruzana y que en su momento fue la más innovadora de América Latina.

Años después, con su claro dominio del concreto, el sudcaliforniano Rolland creó en la Ciudad de México la Plaza de Toros México -la más grande del mundo- y también desarrolló su inmueble vecino: el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, que por muchos años fue sede del Club Cruz Azul.

La obra de reconstrucción del Heriberto Jara demoró tan solo 75 días en su proceso; de hecho, se culminó dos días antes de lo pronosticado (el 14 de septiembre de 1925), pues se deseaba inaugurar el 16 de septiembre, en torno a los festejos del Inicio del Movimiento de Independencia, pero el entonces presidente Plutarco Elías Calles no podría asistir en esa fecha y por ello se cambió al 20 de septiembre de 1925, cuando abrió sus puertas nuevamente.

El Estadio se presentó con una nueva vestimenta y una nueva vida. Aunado a una extraordinaria ubicación y su techumbre, única en México en esa época, recibió el art nouveau que era la tendencia de la época, pues en su curva secundaria (frente a la zona techada) se instalaron esculturas  de bronce, al estilo de la Antigua Grecia.

En medio de ellas resurge la identidad prehispánica con una réplica de un pebetero del imperio mexica, similar al que se utilizó tanto para contener el fuego olímpico, de los Juegos de México 1968, como el que se empleó para mantener vivo el fuego de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, pues recibió las competencias de atletismo de la justa regional y a espaldas de este espacio se encuentra la pista de calentamiento, con dimensiones similares a la de competencia, para que los atletas alisten su última preparación previa a dar el máximo esfuerzo.

Por su pista de tartán han competido desde Campeones Olímpicos y leyendas como el ecuatoriano marchistas de 20km Jefferson Pérez o la Campeona Mundial de 400m Ana Guevara. La veracruzana, quien fuera Campeona Panamericana de salto de altura Romary Rifka, rompió allí el Récord Mexicano de este evento (1.97 metros); además han competido Campeones Paralímpicos como: el velocista Rodolfo Chessani o la lanzadora Ángeles Ortiz.

Fue el 20 de septiembre de 2017 cuando se nombró al inmueble como Patrimonio Arquitectónico de Xalapa y aun se espera que le den este título, a nivel estatal.

Su último evento internacional fue el Grand Prix de Para Atletismo, en abril del 2023 pero aún le restan muchas historias de esfuerzo y triunfo por albergar a la joya arquitectónica que reposa unas cuadras hacia el sur del centro de Xalapa.

 

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