Mono Blanco, perfección del son jarocho

*A 45 años de su creación, la agrupación fundada por los hermanos Gilberto y José Juan Gutiérrez y Juan Pascoe se consolida como un espacio de formación del son, con nuevas fusiones y expresiones musicales

Gisela Uscanga

Xalapa, Ver.- Las raíces del son jarocho son tan profundas como los árboles de la selva de Los Tuxtlas.

Sonido que va de lo antiguo a lo contemporáneo, siempre perfectible, siempre cambiante, así lo define Gilberto Gutiérrez Silva, jaranista y fundador del mítico grupo Mono Blanco.

A 45 años de su creación,  Mono Blanco es un concepto que vive para preservar la fiesta tradicional del fandango, donde se combina música, danza (zapateado) y poesía.

Curiosamente fue el antiguo Distrito Federal, hoy Ciudad de México, el vientre que dio a luz a Mono Blanco en 1977. Esa urbe colosal, crisol del canto nuevo y de protesta y vida bohemia, fue la chispa que encendió en Gilberto y su hermano José Ángel dar a conocer la música del Sotavento, herencia de su abuelo, hilo conductor del pasado colonial.

Los músicos no querían un nombre para su grupo que fuera difícil de recordar y pronunciar para la gente. En la tradición oral de la cuenca del Papaloapan existen muchos relatos del mono blanco o mono viejo, uno de ellos es que el animal, al igual que el humano, disfruta de la música, de allí que deciden ese nombre para su proyecto musical.

El son es la trenza que entremete sonidos indígenas, españoles y africanos que enraizó en la zona del Sotavento veracruzano. A los hermanos Gutiérrez les tocó la ruptura generacional del son tradicional de la región de Tlacotalpan y Tres Zapotes.

Con el paso del tiempo los hermanos Gilberto y José Juan deciden ir a buscar el sonido antiguo, pero también el sonido contemporáneo. Se volvieron profesionales de su arte, desde afinar sus instrumentos hasta perfeccionar cada contratiempo, cada síncopas arrebatado a las cuerdas de la jarana, el requinto y elegante arpa.

Mono Blanco suena al son tradicional refinado, a la música siempre que es perfectible. “Nuestra música es de raíz tradicional con un sonido contemporáneo que evoluciona dentro del mismo género”, explica Gilberto.

El profesionalismo de Mono Blanco hoy en día a la altura de grupos de todo el mundo. Han tenido presentaciones en festivales nacionales e internacionales e incluso en proyectos fílmicos como Coco, Sin Dejar Huella, Roma.

Mono Blanco es más que un simple grupo musical, es un espacio de formación principalmente para que jóvenes aprendan las raíces del son jarocho tradicional, con nuevas fusiones y expresiones musicales.

“Aún tenemos muchas aristas del son jarocho profundo que nos falta por descubrir e reinterpretar. La riqueza del son es muy grande, todavía hay cosas en otras regiones de Veracruz. Seguiremos mejorando y formando generaciones de músicos en la veta tradicional del son”, dice orgulloso.

 

 

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