Alejandro, entre catarinas y colibríes

*En el pueblo Mágico de Xico, el artesano presume sus creación en colores chillantes: rojo, azul, rosa o turquesa

Arantxa Arcos

Xico, Ver.- Alejandro Tepletla Juárez carga una caja repleta de catarinas talladas en madera. Los colibríes reposan a un costado, entre aretes y pulseras de café que se antojan morder.

El olor del grano se aspira cuando Alejandro comienza a acercarse con su mercancía que ofrece entre restaurantes de Xico, el municipio más cercano a su hogar.

Un cajón de madera, elaborado también por él, resguarda las artesanías de la llovizna tradicional en la región central de Veracruz. Cada artículo está cubierto con sellador, un líquido que le impide pudrir la madera y permite larga duración; en aretes, pulseras y llaveros.

Los colores resaltan. Rojo, azul, rosa o turquesa varían entre plumas en tinta negra que dicen “Xico, Ver”. A Alejandro le gusta platicar que cada producto es artesanal, tallado para generar ingresos en una familia de cinco integrantes, donde una menor de cuatro años y dos adultos mayores lo esperan cada noche.

De su cuello cuelga un cuero que antes servía de cinturón y hoy se convirtió en la cinta que soporta la mercancía tallada en semanas, ofrecida en 15 pesos o tres por 40 pesos. Las pocas ventas lo motivan a caminar más de un kilómetro en busca de clientes.

En menos de diez centímetros y doce horas, un trozo de madera pasa de ser una tira sin color a una hermosa ave que en vida, llega a mover con gran velocidad sus alas en busca del polen para vivir, como Alejandro lo intenta de sábado a sábado.

Pequeñas bolsas transparentes exhiben granos de café convertidos en aretes cortos o largos. A un costado, bisutería en color combina con otros granos en forma circular para crear pulseras que al probarlas en la muñeca, guardan el olor peculiar de esta fruta o flor.

El número 228 753 3483, línea que anotó en un pedazo de cartón que esconde entre la ganancia del día. El teléfono no lo carga en sus bolsillos, lo deja en casa para permanecer comunicado con su familia quien vive en la congregación de Úrsulo Galván, perteneciente al municipio de Xico, ubicado a 30 minutos de la capital del estado.

“Si usted llega a Úrsulo Galván y pregunta por el artesano, sabrán que soy yo”, dice al dibujar una sonrisa en su rostro.

Se observa al generar  un brillo en su mirada e imaginarla bajo el cubre boca que protege parte de tu rostro a contagios de Sars-Cov-2 (COVID-19).

 

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