Carrera de Judea, una peculiar tradición

Por Édgar Escamilla

Coatzintla, Ver.- Bajo un sol sofocante, el discípulo corre detrás de los asistentes a quienes sacude con ramas que provocan urticaria, mientras una comparsa de 150 hombres golpean la parte plana de sus machetes contra las espaldas de quienes osen atravesarse en su camino. La comparsa está por corredores, resanderos y el Judas.

Cada año, en este municipio ubicado en la zona norte de Veracruz, miles de personas se arremolinan en el parque central Manlio Fabio Altamirano para participar en la tradicional “Carrera de Judea”, una celebración que simboliza el arrepentimiento de Judas luego de traicionar a Jesús.

La tradición se remonta al año de 1869, cuando la señora Luz Velázquez Bauza, originaria de Xicotepec de Juárez, Puebla, llegó a Coatzintla y fundo la comparsa de los Judíos. Relatan que era tanta su devoción por la fe católica que guardaba a los santos en su casa y los sacaba solo para la misa, después los llevaba con ella nuevamente para evitar que fueran dañados o robados.

Foto: Édgar Escamilla

Al fallecer, el señor Juventino Aparicio Jiménez, quien vivía en el popular Barrio de Xico, tomó la estafeta al frente de la comparsa. Le siguió en el cargo el señor Filemón Guerra Hernández, quien durante 84 años se encargó de preservar su tradición.

Tras su muerte, fue su hijo Servando Guerra Santes quien se mantuvo al frente durante cuatro años hasta el momento de su muerte el 13 de mayo de 2017, ahora su hijo Moisés Guerra Sánchez continúa con la tradición como “Rey de los Judíos”.

La tradición se desarrolla durante la Semana Santa, desde el domingo de ramos hasta el de resurrección, teniendo su clímax el Sábado de Gloria, cuando se realiza la “Carrera de Judea”.

Foto: Édgar Escamilla

El sábado se “abre la gloria” en punto de las 12:00 horas, el repique de las campanas de la iglesia de Santiago Apóstol y el tronar de los cuetes de arranque marcan el inicio de la carrera. 

Cientos de personas se paran frente al Judas, aventándose unos contra otros, retándolo cara a cara. Viste de negro de pies a cabeza, en las manos le colocan rollos frescos de hierbas como el chichicaxtle, la cual al roce provoca escozor en la piel. Los soldados de la comparsa lo mantienen sujeto del cuello con un mecate. Otros más golpean sus machetes contra el piso.

Cuando repican las campanas todos corren despavoridos para evitar ser rameados, aunque hay quienes se aventuran a pedirle los golpee con las ramas y otros más piden planazos en la espalda. Las túnicas y los penachos de los soldados le dan un especial colorido a la escena.

La corretiza se extiende por las calles de la cabecera y en los andadores del parque durante más de dos horas, tiempo en el cual son cambiados constantemente los rollos de hierbas. 

Al término de la carrera Judas cae muerto y es llevado en hombros por los integrantes de la comparsa. Por la noche es velado en el panteón municipal. 

En 2018 se estimó una asistencia de 15 mil personas, entre lugareños y visitantes que aprovechan el puente vacacional y el festival Cumbre Tajín, donde se presentaron por primera vez el año pasado para promover esta tradición propia del pueblo de Coatzintla.

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