Los profundos senderos del bosque

*En las entrañas de los municipios de Teocelo y Xico, donde la niebla, neblina y bruma se mezclan como amantes silenciosos, distintas veredas bordean la barranca de Matlacobalt y adentran a una riqueza natural que sorprende a propios y extraños

Carolina Miranda

Teocelo, Ver.- La blanca nube acaricia lentamente la copa de los largos árboles que bordean y se adentran a un profundo barranco, un barranco que guarda en su interior potentes sonidos del agua.

La niebla, neblina y bruma se mezclan como amantes silenciosos en un bosque que abraza la barranca de Matlacobalt, llamada por los antiguos como de “diez culebras”. Las aguas que atraviesan la densa vegetación, surgen en la famosa cascada de Texolo.

Por las veredas y senderos del bosque, muchos de los cuales unen Teocelo y Xico, el viento frío se siente por debajo de la gruesa chamarra, la humedad traspasa cualquier ropaje y las nubes que tocan el suelo acarician las mejillas enrojecidas por el frío.

Los potentes liquidámbares, encinos, ocotes, sauces y plantas exóticas forman una gran masa con una abundante vegetación y docenas, sino es que cientos de especies animales.

Cuando uno recorre esos senderos se escuchan a lo lejos ruidos de ardillas, mapaches, zorros y conejos moviendo las hojas verdes; y el viento empuja los zumbidos, chirridos y seseos de insectos de todos tamaños y colores.

Una atmósfera única.  Adentrarse a los muchos senderos de estas montañas, como el Sendero del Ocelote, cuyos serpenteantes caminos inician en Teocelo, es adentrarse a una riqueza natural que sorprende a propios y extraños.

Los adoquines, que reciben el chipi chipi y terminan empapados de agua, son el camino que docenas de lugareños usan para trasladarse de una región a otra, sorteando las barracas y los ríos, como el Frío, Sordo, Comapa, y el Huilizapan, tributarios del río la Antigua.

Y hoy en día también son las veredas de visitantes que disfrutan de la naturaleza como una forma de descansar, alejarse de sus caóticas ciudades y de llenarse de energía de la madre naturaleza.

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