Chocamán, ciudad de las lágrimas

*Una leyenda durante la conquista mexica dio nombre al municipio de las altas montañas veracruzanas, cuyos edificios reflejan su belleza histórica

Miguel Ángel Contreras Mauss

Chocamán, Ver.- Los diferentes edificios la embellecen, como el Palacio municipal, su explanada central y la Iglesia en honor a San Francisco de Asís, reflejan la belleza de Chocamán.

Una ciudad rica en historia cultural enclavada en la región de las altas montañas veracruzanas, donde surgen leyendas que le dan vida.

Un pueblo de paso sobre la carretera Fortín-Huatusco, donde cuentan que el rey Man al ver su pueblo destruido durante la conquista mexica, huyó hacia el cerro y lloró, mientras sus súbditos exclamaban “amo choca man”,

Una traducción de  “ya no llores Man”, frase que después se convertiría en su nombre oficial: Chocamán, la ciudad de las lágrimas.

En el recién remodelado parque municipal, se encuentran los monumentos al Insurgente Juan Félix Luna y al Agrarista Luis Remigio Ramírez.

Rodeado de vistosos árboles, la explanada sirve como un lugar para la distracción y la Capilla del lugar merece un relato aparte.

Es uno de los tres monumentos históricos de la región de las altas montañas único en su arquitectura, se se ubica en el corazón del municipio.

El promotor cultural del municipio, Maximino Maximiliano, narra que en el año 1600 los franciscanos evangelizadores construyeron la iglesia sobre una pirámide que se creé era en honor al dios Huitzilopochtli.

Un bello atrio parroquial, el cual en sus inicios sirvió como cementerio del municipio, pero ahora es un gran jardín; prueba de ello es la bóveda con una cruz que permanece en el sitio.

Hay una sola torre de aproximadamente 10 metros, con el campanario principal que cuenta con seis campanas deterioradas por el paso del tiempo. Desde aquí se observa todo el pueblo.

Más arriba, el reloj antiguo traído de Europa y el cual aún está en funcionamiento; en su puntal resalta una cruz luminosa.

La fachada ha sido remodelada debido a los intensos temblores de los últimos años; sin embargo, sigue conservando el aspecto arquitectónico de los franciscanos.

Su interior cuenta con dos naves, la principal donde se ubica la imagen de cristo; la segunda resguarda figuras religiosas y la tercera el sitio de oración.

Debajo de la edificación hay túneles que la comunican con puntos estratégicos del pueblo e incluso con otras parroquias.

 

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