Jarocho Barrio, raíces de un pueblo

*Desde Chinameca, jóvenes herederos del son jarocho fundaron la agrupación que tiene de guía a Los Cojolites; crean una música que evoca la estirpe familiar

Nadia Carrión

Minatitlán, Ver.-  Cantan al amor, al desamor, a la naturaleza y al trabajo de los campesinos, así como a la dura vida del migrante. Y lo hacen desde el sur de Veracruz.

De la mano del maestro jaranero Antonio Padua Benítez (abuelo de dos de los integrantes), los Jarocho Barrio comparten el amor y el Son Jarocho, un sonido que retumba con fuerza en las entrañas de un pueblo.

La agrupación, creada en 2015 en Chinameca, está conformada por jóvenes pertenecientes a familias soneras de la zona sur: desde Chinameca, Cosoleacaque, hasta Acayucan y Cosamaloapan.

En cada sonido que emiten evocan la estirpe familiar y sus raíces. Así lo demostraron en su primer sencillo Tiempo de su producción discográfica “Del otro lado del río”.

“Ya no te detengas, no pierdas el tiempo / Ya no te detengas no pierdas el tiempo”, se escucha la voz, mientras retumba una música cadenciosa, como salida de los pueblos.

De la mano de Ricardo Perry Guillén y de Los Cojolites, comparten su música con la jarana, percusiones, requintos, marimbol, y la leona. Así han compartido escenario, junto con Natalia Lafurcade.

El director de la agrupación, Moisés Fuentes reconoce la influencia que han tenido en Los Cojolites, una de las agrupaciones de son jarocho más exitosas de los últimos tiempos.

“Para mí es un honor siempre ver tocar a Los Cojolites siento que han aportado mucho, demasiado a la música y en lo particular al estilo musical que tenemos nosotros”, dijo.

Recientemente presentaron su primer disco titulado “Del otro lado del río”, con una buena aceptación desde Tlacotalpan hasta la Ciudad de México. Cuando la música surge del corazón, siempre suceden cosas buenas.

 

 

 

 

 

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