TuzooFari, una aventura sin fin con animales

Carolina Miranda

Pachuca, Hidalgo.- A lo lejos, las avestruces, antílopes y venados asoman las cabezas y se dirigen sin temor alguno a los vehículos llenos de niños sonrientes, pero con rostro de incertidumbre.

Los ejemplares llegan hasta las ventanas y sus cabezas se meten hasta el interior del auto, cuyos ocupantes explotan en gritos de alegría y nerviosismo.

Las zanahorias, agarradas con fuerza por manos de niños y adultos, surgen temerosas mientras los animales las comen con singular alegría.

Se trata del TuzooFari, un área de 60 hectáreas que alberga a más de mil animales de más de 200 especies diferentes con la que cualquier persona puede convivir cara a cara y a un bajísimo costo.  Es uno de los tres mejores zoológicos en el país.

Es una especie de rancho –ubicado en el municipio de Tizayuca, a unos kilómetros de Pachuca- con animales  por doquier que, además, están acostumbrados a convivir de manera pacífica con los humanos.

Los avestruces, antílopes indios, cerdos vietnamitas, jabalíes, pecarís, venados cola blanca, capibaras, llamas, borregos, chimpancés, cebras y jirafas se acercan sin temor alguno para que los visitantes les ofrezcan las zanahorias que se pueden adquirir al inicio del recorrido.

Son nueve áreas que en vehículo y algunas a pie pueden ser recorridas en TuzooFari, que también cuenta con jaguares negros y pintos, leones africanos, barbaris y blancos; así como leopardos, pumas y tigres de bengala, con los cuales, obviamente, no se puede convivir de manera directa.

Es un recorrido fascinante por todas las regiones del mundo con su diversidad de fauna y con las emociones a flor de piel.

Los hipopótamos y cocodrilos en los estanques; los chimpancés y osos negros en amplias zonas son sólo una parte del recorrido que para los niños es mágico.

La tirolesa que se encuentra al final del  recorrido, sólo es un extra, porque los más pequeños y los adultos con alma de niños también pueden ingresar a la mini granja con conejos, cabras, borregos, gallinas, patos, llamas, burros… tocarlos, acariciarlos y darles de comer.

El herpetario eriza la piel con sus magníficos ejemplares, lo mismo que el aviario y la sala interactiva de BioSafari… toda una aventura que incluye restaurantes  y para los más grandes, hasta micheladas con un sabor inigualable.

Tres horas de recorrido y tres horas de alegrías, risas y nerviosismo de los más pequeños a un bajo costo, a tan sólo 69 pesos por niño y 89 por adultos, un precio que en ningún otro lugar similar cobran.

 

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