El panteón de las Leyendas

En el campo santo de Orizaba, donde descansa una mártir y diferentes personajes como el General Ignacio de la Llave, hay numerosas historias por descubrir

Por Miguel Ángel Contreras Mauss

Orizaba, Ver.-Visitar un panteón puede ser significado de tristeza al recordar a sus familiares que partieron al sueño eterno con la esperanza de volverlos a ver en el cielo; sin embargo, estos lugares también guardan leyendas que se acumulan a través de los años, sobre todo cuando datan desde el año de 1884, es el caso del campo santo de la ciudad de Orizaba, “Juan de la Luz Enríquez” en donde descansa una mártir y diferentes personajes que hicieron historia como el General Ignacio de la Llave y Segura.

Ruidos, pasos, sombras…

Al platicar con los sepultureros se pueden escuchar un sin fin de acontecimientos que les pasan todos los días, sin importar si es de día o es de noche cuentan que se pueden escuchar pasos, susurros, risas e incluso sobras, pero al voltear al punto de donde se espera encontrar algo no hay nada.

También cuentan que les cambian sus herramientas de trabajo de lugar, la escoba, la cubeta, la pala… Algo muy común, para muchos ya no es algo raro; pese a ello siguen sintiendo escalofríos que recorren su espalda como aire frío.

El ángel que cuida a la niña

Para muchos, la tumba que es una visita obligada cuando se acude a este camposanto es la de Ana María Segura y Couto quien falleció el 6 de julio de 1908 a la edad de 2 años y 3 meses; conocida también como la Niña del Ángel.

La gente cuenta que la figura de mármol del ángel mueve los ojos y pareciera que su mirada te sigue y protege a la niña de las condiciones climáticas pues si hay mucho sol mueve sus alas para que los rayos del sol no perturben su descanso y si hay lluvia sucede lo mismo.

Lo cierto es que el escultor hizo toda una obra maestra pues cuido todos los detalles al máximo logrando que el paso del tiempo no afecte la escultura cumpliendo con las especificaciones de la niña, cuidando a detalle los rasgos desde sus ojos, el cabello y las manos.

La figura fue un trabajo ejecutado por la marmolería italiana de Reinaldo Cuagnelli y se trata de un ángel que son sus alas cuida de los rayos del sol y de la lluvia la escultura de una niña, la rosa que tiene en sus manos hace que las gotas de la lluvia bajen de esta a los labios de la pequeña.

Se dice que se puede escuchar a la pequeña jugando, además de que siempre tiene flores o juguetes, incluso los cuidadores platican que por las noches el ángel le ilumina el camino despidiendo una luz desde sus ojos para protegerla y no perderla de vista.

La mártir orizabeña

Uno de los personajes que hicieron historia fue Leonor Sánchez López llamada la Mártir orizabeña debido a que durante la persecución religiosa cuando se prohibió la práctica de actos religiosos públicos.

Fue asesinada el 7 de febrero de 1937 durante una misa dominical en la casa del párroco José Maria Flores; cuando entraron los policías municipales y destruyeron todo a su paso, ella tomó el cáliz con las hostias e intentó escapar y al verla huir un policía le disparó por la espalda, herida siguió corriendo por lo que le dieron un segundo disparo cayendo desangrada en la esquina de Sur 5 y Oriente 10.

Miles de ciudadanos enojados acompañaron el féretro por las calles de la ciudad marcando el fin de la persecución religiosa, abriéndose los templos; sus restos estuvieron en este cementerio hasta el 2013 pues fueron trasladados a la capilla de Guadalupe en la Catedral de San Miguel Arcángel, sin embargo, hay quien dice que se le puede ver merodear el camposanto.

El gigante

En el interior se encuentra la Piedra del Gigante llamada así por los ciudadanos, sin embargo, este monumento es más antiguo que la misma ciudad pues se estima que es producto de la última erupción del Citlaltépetl o Pico de Orizaba entre los años 1300 y 1500.

Se encuentra entre las tumbas el monolito considerado como tesoro de la arqueología veracruzana contiene el grabado de un hombre muerto de gran altura de ocho metros de largo constituye el primer documento de la región realizado por los antiguos habitantes de la ciudad para conmemorar el ascenso de Moctezuma Xocoyotzin en 1502.

Entre los elementos que destacan y que a pesar de la erosión que ha sufrido con el paso de los años, se puede observar un pescado y un conejo, son tres elementos con el gigante. De acuerdo a la placa que ahí se encuentra es la representación de un rito agrario por los inicios de la primavera “acompañados de círculos que indican año 10 y día 2” tochtli cipactli.

Personajes ilustres

La tumba más importante del panteón es la del general Ignacio de la Llave y Segura considerado como el benemérito del estado y por ello su nombre resalta al lado de Veracruz, misma que se encuentra en medio del cementerio.

Sin embargo, hay muchos otros personajes ilustres y que dejaron una huella intangible en la historia, no solo a nivel local, también a nivel nacional e internacional en rubros como el periodismo, la medicina, la seguridad social, entre otros.

Entre los que destacan está el padre de la Seguridad Social Nacional, Valentín González Suárez; el médico y político, Ignacio Gómez Izquierdo; el pintor orizabeño, José Justo Montiel, el abuelo de Francisco Gabilondo Soler Cri-Cri el Coronel José Antonio Soler; el profesor, escritor, ensayista y periodista, José Lama Hernández; el Capitán de Fragata Blas Godínez Brito, héroe que dirigió la batalla de San Juan de Ulúa.

También, James Shirley originario de Kilkenny Irlanda y quien llegó a México como Ingeniero civil contratado para supervisar los puentes del ferrocarril mexicano en 1866, diseñó y construyó los puentes de Metlac y los de Cumbres de Maltrata.

En un placa ubicada en un pequeño museo que hay en la entrada principal del camposanto se alcanza a leer que “a su muerte en noviembre 19 de 1904, su ataúd fue trasladado en una máquina con vagón de ferrocarril el cual fue decorado con arreglos florales, al igual que la estación de Orizaba, desde donde partió dicha máquina sonando la sirena del tren hasta la entrada del cementerio”.

José María Naredo también descansa en este lugar, en vida fue historiador de ideas conservadoras y entre sus escritos se encuentra las biografías del Cura Don Nicolás del Llano, del pintor Gabriel Barranco y del licenciado José Miguel Sánchez Oropeza; además, fue presidente municipal y ocupó varios cargos en diversas obras para beneficio de la ciudad como fueron la exposición Veracruzana y el Enrejado del Atrio de la Parroquia de San Miguel.

Sin lugar a dudas, se trata de un lugar que guarda mucha historia con personajes que cambiaron el destino de los habitantes de la ciudad y que incluso trascendieron a nivel nacional y que guarda muchas leyendas que merecen ser conocidas, con tumbas que merecen ser visitadas.

Foto: Miguel Ángel Contreras Mauss
Foto: Miguel Contreras Mauss

 

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