Margarita,  el cisne del ballet en Xalapa

Patricia Rodríguez

Xalapa, Ver.-Desde pequeña supo lo que quería en la vida: “practicar ballet”. A los cuatro años empezó en los ejercicios básicos de barra (el arabesque, coupé o el fondu)  y nunca perdió el rumbo ni se alejó de la danza clásica surgida en el Renacimiento.

Margarita Vargas Ortega nació para el ballet clásico. Aunque danzó como bailarina profesional “poco tiempo” y fue “increíble”, lleva más de 40 años de formar generaciones de niñas y mujeres que aman esta disciplina. Y no lo cambiaría por nada.

“Salir al público es una emoción y sensación de uno, pero enseñar es trascender. Para mi  ver cómo van creciendo, corrigiendo y aprendiendo, me encanta… Estoy conjuntando las dos cosas”, confiesa.

Originaria de la Ciudad de México, la hoy directora de la academia de danza Ballet Royal Xalapa contó con el apoyo de sus padres para estudiar ballet, una disciplina que nadie de la familia conocía ni tenían acercamientos con el arte.

Estudió con la maestra Martha O’Reilly (Irlandesa y fundadora de la Academia de Ballet en México), terminó su carrera y bailó en la Compañía Nacional de México, donde estuvo dos años y pudo viajar a diferentes ciudades del país. Ya como maestra en el puerto de Veracruz viajó a Rusia para continuar su formación y actualización.

“Yo fui la primera de una familia muy grande con tíos y primos. Dice mi mamá que cuando ponía el radio yo me ponía a bailar ballet, sin saber absolutamente nada. Es algo que ya lo traía yo y nunca me salí del ballet porque algunos se van y regresan o truncan su carrera”, explica.

Para la supervisora y mentora del Certificate in Ballet Teaching Studies (CBTS) desde 2008 a la fecha de la Royal Academy of Dance enseñar es aprender. Y con esta danza clásica ayudan a forjar el carácter, a crear disciplina y que las alumnas se mantengan en un estado de armonía.

“Habrá algunas personas que quieran ser bailarinas profesionales y la Royal Academy te prepara para eso, pero también se enfoca en aquellas personas que aman la danza aunque no vayan a ser bailarinas profesionales”, detalla.

Foto: Cortesía

Su amor por el ballet lo heredó a sus hijas, ahora a su nieta, pero sobre todo a decenas de niñas y jovencitas en el puerto de Veracruz y en la ciudad de Xalapa. Lleva al menos 30 generaciones y más de 2 mil alumnas.

“Lo más interesante de enseñar es como aprendes tú como maestro. Siempre estás aprendiendo hasta de las chiquitas”.

El ballet también le ha dado la oportunidad de viajar por todo el mundo, “que de otro modo no hubiera ido”. Le ha permitido conocer otros tipos de bailes, culturas, tradiciones y personas.

“Aprendes nuevas formas, nuevas ideas, y te das cuenta que puedes hacer más de lo que haces, que te estas quedando corta, que podemos ir más lejos”, expresa desde su estudio de ballet en la capital del estado, Xalapa.

Su pieza favorita en el ballet Clásico es “El Cisne Negro”, desde chiquita, cuando era yo de la Compañía Nacional de Ballet me tocó bailar en el Bosque de Chapultepec, yo no era el cisne negro, yo era un cisnecito. Esa es mi favorita de repertorio.

Foto: Cortesía

Silver Swans

Actualmente Margarita sigue impartiendo clases a niñas y jóvenes, pero también a mujeres adultas en un programa de la Royal Academy of Dance denominado Silver Swans dirigido a personas mayores de 50 años de edad, permitiéndoles mejorar su movilidad, postura, coordinación y niveles de energía.

“Estoy muy satisfecha y realizada. En adultos estoy fascinada con los cambios que he visto. Lo único que diría es que se acerquen al ballet, a la danza, a la música, eso nos hace mejores personas, nos sensibiliza”, añade Margarita Vargas.

-¿Qué siente cuando bailas?

-Lo primero que siento es así una emoción, como cuando ves a tu primer novio que sientes que el estomago se te mueve. Siento que la piel se me eriza, es como una energía que empieza por dentro y sale. A veces es muy alegre, a veces muy triste o muy pasional, pero es esa sensación física.

Foto: Cortesía
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