La selva profunda

Veracruz, Ver.- Sonidos de aves y mamíferos en el corazón de la selva veracruzana. En miles de kilómetros, oasis naturales únicos, remansos aislados del movimiento de las ciudades.  Una magia que fluye naturalmente.

En las entrañas de la Selva del Marinero

Catemaco, Ver.- Conforme los rayos del sol se mueven lentamente, las sombras de la frondosa vegetación bailan sobre la tierra de uno de los últimos reductos de selva del norte de América.

Los sonidos de las aves y de mamíferos que se ocultan en enormes árboles y vegetación de la selva alta perennifolia en la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, arropan a un grupo de campesinos que se convirtieron en una agrupación comunitaria de ecoturismo.

En las entrañas de la Selva del Marinero

 

Color, sonido y magia en selva veracruzana

San Andrés Tuxtla, Ver.- Como una aguja, la angosta carretera ingresa a una carpa natural compuesta por frondosos árboles -como el palo de Perdiz, el pochote, el higuerón, la higuera Dorada, el mastate y la chaca-, creando una sombra protectora de los incesantes rayos del sol.

En los bordes de uno de los últimos reductos de selva virgen de Norteamérica, los cantos y llamados de las aves alcanzan a escucharse en lo más recóndito de la espesa vegetación que alberga a pericos, tucanes, trogones y más de 500 especies de aves.

Color, sonido y magia en selva veracruzana

 

La Poza de los Enanos

Catemaco, Ver.- Un espejo cóncavo refleja en sus aguas turquesas la magia que envuelve a Catemaco, tierra encantada por chamanes y brujos.

Alrededor de una poza donde el agua es tan fría como un témpano, juegan espíritus traviesos que se esconden entre árboles.

La Poza de los Enanos

 

Cascadas Gemelas, joyas de la costa tuxtleca

San Andrés Tuxtla, Ver. – Cual edén, la costa de Los Tuxtla esconde en medio de sus aromas y colores silvestres dos misteriosas cortinas de agua unidas por la naturaleza.

La brisa fraternal de las cataratas humedece al imponente paisaje de especies florales y majestuosas rocas que rodean el espacio.

Cascadas Gemelas, joyas de la costa tuxtleca

 

Salto de Eyipantla, la majestuosa casa de Tláloc

San Andrés Tuxtla, Ver.-  En el corazón de la última selva húmeda del norte del continente americano, una imponente cascada refresca con su brisa a un pueblo que día y noche escucha caer tres chorros de agua donde Tláloc tiene su casa.

La esplendorosa vegetación de Los Tuxtlas corona a la majestuosa catarata de la que caen miles de gotas que golpean los rostros cansados de los viajeros que caminan a través de 244 escalones para llegar hasta a ella.

Salto de Eyipantla, la majestuosa casa de Tláloc

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