La Poza de los Enanos

*Con sus hojas y ramas, cuelgan lianas de las que los pequeños seres mitológicos saltan de un árbol a otro en el municipio de Catemaco

Ángel Cortés Romero

Catemaco, Ver.- Un espejo cóncavo refleja en sus aguas turquesas la magia que envuelve a Catemaco, tierra encantada por chamanes y brujos.

Alrededor de una poza donde el agua es tan fría como un témpano, juegan espíritus traviesos que se esconden entre árboles.

Escasamente, un rayo de sol entra por en medio de los árboles que ensombrecen la poza con sus hojas y ramas.

De ellos, cuelgan lianas de las que los pequeños seres mitológicos saltan de un árbol a otro y, a veces, para sumergirse hasta lo más hondo de la concavidad.

En la Poza de los Enanos la magia nunca termina, el hechizo es permanente y quizás, imposible de romperse.

La encantadora poza es uno de los principales atractivos de Sontecomapan, una comunidad costera que sobrevive gracias a la pesca y al turismo.

El pueblo se ubica a 30 minutos de Catemaco, considerado en la radio local como tierra de magia, tradición y encuentro.

Se puede llegar desde el puerto de Veracruz en un viaje de aproximadamente cuatro horas hasta Catemaco por la Carretera Costera del Golfo 180.

Al llegar al municipio catemaqueño es necesario dirigirse hasta La Cruz, donde hay una desviación hacia la carretera estatal.

El viaje de 30 minutos hasta Sontecomapan, localidad donde se ubica la poza, es un atractivo extra; al paso se observa la frondosa vegetación que hace de Los Tuxtlas un lugar único en todo México.

La Poza de los Enanos es un manantial de poca profundidad que se alimenta con agua de la Laguna de Sontecomapan.

Fue bautizada así debido que el reflejo del agua acorta las piernas, por lo que los bañistas parecen enanos.

La Poza de Sontecomapan es el lugar ideal para resguardarse del calor en verano, dentro de sus frías aguas.

Dentro de ella los niños se divierten como nunca al nadar de un lado a otro o lanzándose como chaneques de las lianas.

A escasos metros de la poza se encuentra un restaurante donde los turistas pueden disfrutar de pescados y mariscos propios de la zona.

En la poza donde las bañistas se hacen enanos, como en todo Catemaco, es imposible que falten los tradicionales y afrodisíacos tegogolos, caracoles de agua.

Reza un refrán que el amor entra por el estómago y en Sontecomapan lo saben muy bien con la frescura y el sabor de cada platillo.

Portentosa con su color azul turquesa y una sombra enigmática formada por árboles, La Poza de los Enanos es una de las tantas joyas de la última selva húmeda de América del Norte: Los Tuxtlas.

Sus aguas son apenas el comienzo de una aventura, zona de manglares y lugar donde el mar también escogió un nido.

 

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