Braulio, el feliz sobreviviente

Arantxa Arcos

Xalapa, Ver.- Braulio salía a caminar cuadras aledañas al refugio donde compartía agua y croquetas con otros animales, en su mayoría criollos, como gatos y perros, además de silvestres predominantes en la región montañosa.

En ese caminar, solo lo acompañaba un collar que decía “Respétame, estoy hospedado en EPAT, solo salgo a pasear y estoy esterilizado”. Además, conocía el horario religioso del panadero que sin titubear le obsequiaba una pieza al peludo de cuatro patas.

El perro de raza weimaraner, sobrevivió después de ser arrojado a la barranca Matlacobalt, en Teocelo y se convirtió en un ejemplo de fortaleza y felicidad.

La historia de Braulio comienza cuando asustado y esquivando autos que transitan en una reducida carretera entre una barranca y un gran cerro de piedra, caminó en busca de ayuda.

Conductores lo esquivaron para no atropellarlo. Uno de ellos descendió de su unidad y lo resguardó en un centro animal llamado EPAT, Educación y Protección Animal de Teocelo.

El rostro del perro color gris lucía repleto de violeta, un químico ocupado como desinfectante lesiones o excoriaciones en la piel. El lomo, la lengua y sus patas delanteras también lucían de otro color a su dermis.

La complexión del perro es delgada pero veterinarios que lo valoraron notaron que antes de ser abandonado carecía de alimentos frecuentes, de nutrientes que lo mantuvieran sano.

Un baño eliminó el color violeta y permitió captar fotografías para difundirlo en redes sociales, esperando el regreso de sus dueños pero los pobladores conocieron la triste historia de “Braulio”; no se perdió, lo aventaron a la barranca como un bolso repleto de basura olvidando que era un ser vivo.

Braulio agradeció a sus nuevos protectores que lo promocionaban para encontrar un nuevo hogar donde atendieran su demanda de juegos y caminata. Su energía se desbordaba al grado que pedía con rasguños abrir la puerta del centro animal y salir a pasear.

Durante un año permaneció realizando paseos hasta que una familia de Cosautlán, un municipio cercano a Teocelo, mostró las cualidades idóneas para cuidarlo. Previo a su adopción fue esterilizado, desparasitado, vacunado y recuperó peso.

 

Compartir: