El boticario de Veracruz

Por Patricia Rodríguez

Xalapa, Ver.-Ronda los cincuenta años, con aspecto “gachupín”, anteojos cuadrados y camisa de cuadros. Detrás de aquel viejo mostrador, el hombre con semblante afable muestra diversos frascos con aspecto antiguo, algunos empolvados y otros con etiquetas casi desprendiéndose.

Gustavo Enrique Bartolomé es boticario en el pueblo de Naolinco, el único que queda en esa región central montañosa del estado de Veracruz. Los tarros, morteros y recetas viejas fue la herencia que le dejó su padre y a éste su abuelo.

En la botica La Purisima conserva brebajes, reactivos y sustancias químicas que se combinaban para hacer una cura casi “única” para cada padecimiento y cada paciente.

En el lugar se pueden observar cerca de 400 frascos antiguos, tarros, pipetas y otros materiales que se  fueron adquiriendo desde 1907 por don Gonzalo Recio y su ayudante Narciso Bartolomé Ochoa, ambos originarios de España.

Hasta este lugar, ubicado en una de las calles principales de Naolinco, aún llegan a pedir algunas recetas, principalmente para padecimientos menores, pero son más los curiosos que acuden a la Botica para ver como este lugar y su principal inquilino resisten al tiempo y la modernidad de los comercios.

Foto: Identidad Veracruz

“Aún tenemos cura para la tos y el hongo en la uña”, comenta el boticario, mientras muestra las recetas y formulas originales, escrita con el puño y letra de su abuelo, con algunas sustancias que ahora son difíciles  de conseguir

Todavía recuerda que antes los boticarios eran verdaderas instituciones de la salud. Con ellos acudían los pobladores para atender casi cualquier mal, desde una diarrea o la tosferina. Esta última, para tratarla, se realizaba una pócima de “boruro de potasio, amonio, sodio, agua destilad y jarabe de cloral”.

Foto: Identidad Veracruz

Ante la escases de pacientes, Gustavo Enrique Bartolomé busca que la Botica La Purísima se convierta en un museo, un espacio para contar la historia de Veracruz y México, cuando la medicina era casi personalizada con sustancias que –en muchos casos- siguen siendo la base de los remedios.

“Es una joya para cualquier lugar, es histórica porque es de la Revolución Mexicana”, dice con la añoranza de los viejos tiempos.

Foto: Identidad Veracruz
Foto: Identidad Veracruz
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