Adrenalina y terror en desierto de la CDMX

Por Redacción

En lo más profundo y oscuro de un gran bosque de oyamel y  ocotes,  el espectro de un monje hace su aparición ante la mirada atónita de mujeres y hombres  que se adentraron a lo desconocido.

En el Desierto de los Leones, una de las zonas más representativas de la Ciudad de México, el miedo recorre el cuerpo de las personas, los escalofríos  se hacen sentir y las manos buscan a algún compañero para aferrarse ante lo desconocido.

En medio de las mil 866 hectáreas de la zona, una vieja construcción de un convento que data del siglo XVII, es el escenario para la representación de historias de terror que enchinan la piel y contraen el alma.

Desde hace cinco años, un grupo de fantasmagóricos frailes recorren por las noches el ex convento para acercar a extraños a los rincones del inmueble construido entre 1606 y 1611.

Los monjes habitaron el lugar hace años y siempre siguieron los principios  de obediencia y pobreza en la soledad y medición de la orden de los Carmelitas Descalzos.

Foto: Identidad Veracruz

“Este lugar tiene más de 400 años de que fue construido, hace 200 años fue abandonado por los Carmelitas Descalzos, después sirvió como cuartel de la Revolución Mexicana y posteriormente en una fábrica de vidrio hasta que es rescatado por el gobierno”, explica Mario Flores Pavón, narrados de las leyendas.

Se trata de 20 actores  que recorren el Desierto de los Leones, con funciones los días jueves, viernes y domingo, con la finalidad de rescatar la cultura e historia de la CDMX, añade.

Ellos logran que la piel se empiece a poner “chinita” y los bellos se ericen, con la luz de la luna, las estrellas y un candil de testigos en un recorrido de 90 minutos de una experiencia sensorial sin precedente.

Y siempre cumplen su cometido: crear pánico a  lo incierto, acelerar el corazón de los visitantes y después liberar la tensión con risas nerviosas.

Foto: Identidad Veracruz

 

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