Retrato del novelista adulto de Colm Tóibín

*Otro punto a favor de Tóibín es que vemos a James inmerso en un mundo determinado, podemos conocer las ciudades, la época, el estilo de vida que lo rodeó. Al tiempo que el protagonista camina por una calle de Londres, medita sobre sus dudas y temores.

Rodolfo Mendoza

La obra de Henry James ha dado lugar a infinidad de reflexiones: su singular narración, su visión de lo narrado, el desentrañamiento del alma humana, la condición femenina, etcétera. Su vida no ha ido en zaga: su relación con la gente, su conflictiva identidad sexual, la relación con sus hermanos, su infancia en Estados Unidos, su profunda relación con el mundo.

La obra de este narrador gigante comprende algunas de las novelas más importantes de la literatura: Daisy Miller, Retrato de una dama, Las alas de la paloma, Los embajadores, La copa dorada, Los papeles de Aspern, Otra vuelta de tuerca, Washington Square.

En el Diario de su hermana Alice (quien por cierto nunca vio en vida dicha publicación, pues Henry se negó a que siquiera se hicieran copias de él, pues Alice llevaba minuciosos apuntes sobre la correspondencia con su famoso hermano), vemos a un escritor lastimado por el mundo, a un escritor para quien el dolor y el sufrimiento es el germen de la vida. En el libro que nos interesa aquí, Retrato del novelista adulto de Colm Tóibín, vemos a un James desolado, a un jovencísimo Henry al lado de su familia culta y acomodada antes de la Guerra Civil estadounidense. Lo vemos más tarde viajando hacia Europa, por París, Roma, Venecia y asentándose en Londres. Lo acompañamos en sus viajes, al conocer gente nueva, viendo museos y saboreando la vida diaria de su suspirada Europa; pero lo vemos, al mismo tiempo, en un proceso creativo constante, con sus preocupaciones formales y sus reflexiones sobre la literatura. Lo vemos escribir y romper lo escrito, sufrir, la mayoría del tiempo, y gozar muy pocas cosas. Podemos, en fin, tener una visión “personal” (si se nos permite la palabra) de aquel Henry James de carne y hueso.

Colm Tóibín ha hecho de la figura de James un alma cercana, ya no aquel monstruo gigante de las letras, sino que lo ha puesto a ras de tierra para que el lector pueda sentir la formación y conformación de un genio. Esta novela es una de las más ambiciosas y arriesgadas que se han escrito en las últimas décadas, pues de ninguna manera es lo mismo escribir una biografía de James que adentrarse en él y hacerlo el personaje principal de una novela.

Otro punto a favor de Tóibín es que vemos a James inmerso en un mundo determinado, podemos conocer las ciudades, la época, el estilo de vida que lo rodeó. Al tiempo que el protagonista camina por una calle de Londres, medita sobre sus dudas y temores, sobre su soledad y su negación a casarse e, incluso, a mantener una relación formal.

El gran narrador estadounidense Don DeLillo ha dicho de Colm Tóibín que es “Un gran narrador”, y así lo habíamos comprobado en sus famosos libros de viajes: Mala sangre: peregrinación a lo largo de la frontera irlandesa y La señal de la cruz: viaje al fondo del catolicismo europeo. En México la obra de Tóibín no goza de mayor popularidad, no así en España, a donde ha pasado grandes temporadas y es un escritor muy leído. Además de narrador, es uno de los críticos literarios más feroces de ambos lados del Atlántico, pues publica con regularidad en The Guardian, el Times Literary Supplement y el London Review of Books.

Cabe añadir que este volumen fue publicado en la colección Novela de la editorial Edhasa, colección que alberga a Thomas y Klaus Mann, Céline, Durrell, Hesse, Huxley, Henry Miller, Salinger, la Woolf, es decir, una colección de suyo notable.

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