Sobria catedral del puerto de Veracruz

*Construido en el siglo XVIII, el templo de piedra múcara embellece el corazón de la heroica ciudad de Veracruz

Víctor M. Toriz

Veracruz, Ver.- En el corazón del puerto de Veracruz se levanta una iglesia que esconde en sus muros corales marinos y cantera; la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, construida hace más de 300 años.

Los esqueletos de la piedra múcara se encuentran expuestos en pequeños espacios del interior del templo, algo que se dejó de manera intencional para recordar  lo que el mar obsequió para su edificación.

Sin embargo, los muros firmes de una brazada de extensión en su mayoría se bañan de una blancura que reafirma su solidez con el imponente sol que cae en la ciudad de Veracruz.

Su estilo arquitectónico neoclásico da una imagen sobria a la catedral, pero el par de columnas que bordea la entrada principal son una imagen imponente cuando uno se para frente al arco principal.

De acuerdo con los registros históricos la Catedral de Veracruz fue construida en el siglo XVIII, primero como una modesta ermita de madera, pero la devoción de la ciudad que para ese entonces comenzaba a crecer hizo que pronto se planeara su construcción de mampostería.

Algunas de las tablas con las que se construyeron sus primeros muros fueron encontradas en las últimas remodelaciones realizadas en 2008 y 2013, resguardadas ahora bajo vitrinas que se suman a la memoria histórica del edificio.

Estos mismos trabajos de remodelación permitieron encontrar nichos que se habían mantenido escondidos en las paredes después de las adecuaciones que se realizaron al templo entre los siglos XIX y XX.

Al interior, la catedral está constituida por cinco naves, la parte central es la más grande y en lo alto permite ver la parte cóncava de la cúpula que mide 36 metros de altura en una perfecta forma octagonal.

Los azulejos poblanos de talavera reflejan la luz que se filtra por la linternilla que asemeja a uno de los viejos faros que todavía se conserva activo en una de las islas frente al mar de Veracruz.

En su costado derecho una torre de tres niveles se levanta sosteniendo la campana y al mismo tiempo dando la dimensión de altura que la caracteriza como una de las edificaciones más imponentes del casco antiguo de la ciudad.

El altar al frente cuenta con candelabros de cristal que se vuelven tornasol a ciertas horas del día, un regalo de Maximiliano de Habsburgo y su paso efímero en el puerto de Veracruz.

En el altar destacan figuras barrocas y capillas laterales dedicadas a los santos; una de ellas guarda el sepulcro del beato Ángel Darío Acosta Zurita.

En el interior, las puertas laterales  permiten el ingreso del viento que mece las palmeras del zócalo y se refresca a la sombra de los muros fuertes hechos de corales del mar de Veracruz.

Compartir: