Desde las montañas, la salsa macha “Semilla de la Hormiga”

Por Anahí Medina

Inspirado en la leyenda del pueblo azteca donde Quetzalcóatl convertido en forma de hormiga se aventuró a las montañas para poder conseguir el grano de maíz y consiguió abundancia, una salsa macha se abre paso para preservar los sabores de la zona montañosa del estado de Veracruz.

En la preparación de la salsa macha “Semilla de la Hormiga” la selección de los ingredientes es importante. Juan Pablo Rodríguez Aguilar, su creador y dueño de la marca, compra solo aquellos que sean de la región, para dar ese toque de Veracruz y ayudar a la economía de la zona.

“Es una salsa macha, o sea picosa, es una combinación de semillas, especies y chiles secos que le dan ese toque extra a tus comidas favoritas. Una de las intenciones de hacer salsas es para conservar los sabores de la zona montañosa del estado”, comenta.

El joven de 26 años aprendió a hacer la salsa macha gracias a una receta que le enseñó su madre e inició su negocio por necesidad económica, ya que tuvo la oportunidad de exponer unas fotografías en una galería, pero no contaba con el dinero para las impresiones y los marcos. En ese momento, se decidió a vender algo que todos consumen: la salsa, específicamente la macha.

“Empecé ofreciéndola a mis amigos y conocidos, después  continuaron pidiéndome, luego los conocidos de mis amigos y así se fue extendiendo la cartera de clientes”, relata el oriundo de Orizaba.

Juan Pablo llegó a la ciudad de las flores en 2011 para estudiar diseño gráfico en la Universidad de América Latina (UDAL). Desde el 2017 comenzó con su proyecto de Semilla de la Hormiga, se encarga de la producción, el empaquetado y la distribución del producto.

Reconoce que todo el proceso lo ha llevado a aprender y mejorar el funcionamiento de su marca.

Foto: Juan Pablo Rodríguez

La salsa cuenta con tres presentaciones, la clásica que es la más conocida y con la que inició su negocio y dos sabores gourmet: Una selección de semillas con arándano y la salsa macha habanera con cacahuate, para los verdaderos amantes del picante.

Ha llevado sus salsas a eventos como el Festival del pambazo que se llevó a cabo hace unos meses en el barrio de Xallitic, también ha tenido la oportunidad de vender su producto para eventos familiares como bodas, bautizos, comidas familiares y demás. Próximamente participará en el Festival de salsas, chiles y moles que se realizará los días 15,16 y 17 de noviembre en Los Lagos.

Lo que empezó como un pequeño proyecto local, lo ha llevado a enviar salsas a Guadalajara, Ciudad de México, Puebla y Guerrero, además de que los turistas que llegan a Xalapa le han comprado para llevárselas fuera del país, como fue el caso de Nueva York, Turquía, Londres y Argentina.

“Esto me motiva mucho porque personas que no tienen referencia del sabor de una salsa macha, quedan tan encantados con esta que se la llevan para compartir con sus seres queridos”, reconoce con orgullo el joven emprendedor.

Entre las anécdotas más curiosas que sus clientes le han contado, está la de las suegras que esconden las salsas de sus yernos para que no se las terminen y el conflicto que se arma en las familias cuando alguien se acaba la salsa, la manzana de la discordia. “Me llena de orgullo porque el producto habla por si solo, y en el pueblo mexicano tener una buena salsa en la mesa es tener oro”, explica el orizabeño.

La idea del nombre “Semilla de la Hormiga” surge de la leyenda que narra cómo el pueblo azteca consiguió el grano de maíz gracias a que Quetzalcóatl bajó en forma de hormiga y se aventuró a las montañas para conseguir dicha semilla. Con el grano de maíz el pueblo azteca tuvo un gran desarrollo económico y arquitectónico, recuerda al joven que planea llegar a más mesas familiares.

Foto: Juan Pablo Rodríguez

Compartir: