Un camposanto con historia

Por Gisela Uscanga

Naolinco,Ver.- Ubicado en la parte trasera del Templo del Calvario, el camposanto de Naolinco se destaca por su hermoso jardín y limpieza, por ello no luce como un panteón, sino como un lugar lleno de flores y amplios jardines.

Se divide en dos partes, la parte antigua y la más nueva. Pero es por su lado más añejo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo tiene catalogado como monumento histórico en su modalidad de inmueble al servicio y ornato público desde el 2010.

Ahí parece que el tiempo se detiene hasta que llegan los vivos en cada festividad a dar movimiento entre las tumbas, donde descansan los restos de los naolinqueños.

“Lugar de los cuatro movimientos del sol”… Eso significa Naolinco en náhuatl, un lugar de ascendencia totonaca, en donde se adoraba al sol y a la luna. Poseía observatorios, lo que le valió el nombre de pueblo de cronólogos.

Foto: Gisela Uscanga

Con escarpadas pendientes, montañas de intensos verdes y caídas de agua, Naolinco es un sitio digno de visitar, pues esconde entre sus angostas y empedradas calles rincones asombrosos.

Su denominación como Pueblo Mágico se encuentra en trámite en la Secretaría de Turismo y es muy probable lo consiga, pues cuenta con todo para serlo.

La ciudad está llena de tradiciones, en la temporada vacacional de Semana Santa, se realiza la representación de la Pasión de Cristo, procesión en la que participa su población entera.

En Todos Santos la ciudad se viste de bellos altares y realizan “la Cantada”, que consiste en visitar las casas donde hay altares para entonar alabanzas y velación en el cementerio.

Foto: Gisela Uscanga
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